PORQUÉ SATANIZAR A LOS CONTADORES PÚBLICOS?
El caso de la compañía Enron en USA, ha colocado un manto de incertidumbre mundial en el ejercicio profesional de la contaduría pública. Las críticas han estado dirigidas en todas direcciones. Se ha puesto en tela de juicio a la firma que auditó los estados financieros, la profesión en general, los organismos de control, los que emiten normas contables, las normas contables propiamente dichas y algunos han llegado hasta la academia.
No es fácil detectar las causas reales de lo sucedido con la contabilidad de Enron. El senado de los Estados Unidos ha sido diligente en asumir directamente la investigación por las implicaciones negativas sobre la economía bursátil en este país, máxime cuando están en un ciclo recesivo. Todavía es prematuro llegar a conclusiones, debido a que claramente las investigaciones preliminares mostraron que estaban involucrados directivos de la compañía y algunos organismos de control. No dudamos que el gobierno federal tomará las medidas correctivas sobre los hechos irregulares detectados.
Ahora bien, pretender generalizar el caso Enron a todo lo que tiene que ver con la contaduría pública en el mundo, puede ser irresponsable si no se hace con la rigurosidad científica que exige el examen de esta disciplina profesional. Un caso antiético en el ejercicio de la medicina o de cualquier otra profesión no puede enlodar a todo el estamento que la practica ni mucho menos su soporte científico. Igual ocurre en este caso. Lo que no se ha investigado a profundidad es que existe una experiencia positiva para la economía mundial que ha permitido su desarrollo a niveles muy superiores, gracias al aporte de los organismos reguladores, las entidades que emiten normas contables, el soporte científico de la academia y el código de ética que regula a los contadores públicos en el mundo.
El caso colombiano
Diagnosticar el problema de la disciplina profesional de la contaduría pública mediante encuestas no estructuradas con base en hipótesis válidas, es a todas luces de muy bajo perfil. Nos referimos a la presentación que hace el periódico EL TIEMPO de la encuesta conjunta con Napoleón Franco publicada el 3 de marzo de 2002. No es científico y si puede hacer un daño generalizado no solo a los contadores públicos en ejercicio sino a la economía en general. No se trata de ocultar las debilidades normales del ejercicio de una profesión con una dinámica internacional muy rápida en su desarrollo y que en Colombia ha habido un retraso en la asimilación de estos cambios. Analizaremos algunos elementos, con la sola intención de revelar la complejidad del tema mas no se pretende dar respuesta a todos los interrogantes que pueden surgir sobre la problemática planteada.
Quienes son responsables de emitir los Estados Financieros en Colombia
Muchos tienen la idea que los contadores son los responsables de la emisión de los estados financieros de las empresas. Otros consideran que son los revisores fiscales. Sobre este asunto, resulta relevante diferenciar los sujetos encargados de la emisión de los mismos, el dictamen y el alcance de la información revelada.
La preparación y presentación de los estados financieros es responsabilidad de los administradores del ente. (Artículo 19 DR 2649 de 1993). El concepto de administradores, incluye por supuesto a los contadores que soportan la parte tecnológica y científica de su preparación, pero también están involucrados en dicha responsabilidad los gerentes, presidentes, miembros de juntas directivas y otros considerados por el artículo 22 de la Ley 222 de 1995.
Cuando se habla de responsabilidad por la preparación de los estados financieros debe tenerse en cuenta quienes están involucrados, de acuerdo con la normas vigentes en Colombia. Por tanto, cualquier falsedad, cubre a todos los administradores y no solo a los contadores que los preparan. Esta precisión resulta importante, por cuanto en varias oportunidades algunos miembros de juntas directivas e incluso gerentes, no toman con seriedad el estudio y aprobación de los balances o la disponibilidad de los recursos técnicos y humanos necesarios para tener un sistema de información contable que sea confiable.
Otro problema es la certificación de los estados financieros. Debe hacerlo el representante legal y el contador público bajo cuya responsabilidad se hubiesen preparado. La certificación consiste en declarar que se han verificado previamente las afirmaciones contenidas en ellos, conforme al reglamento y que las mismas se han tomado fielmente de los libros.
Las afirmaciones que se deben tener en cuenta antes de emitir los estados financieros por parte de la administración del ente económico son: Existencia, integridad, derechos y obligaciones, valuación y presentación y revelación. (Artículo 57 DR 2649 de 1993).
Resulta del análisis de la anterior norma, que si por ejemplo no han sido reconocidos todos los hechos económicos realizados, la responsabilidad es tanto de los administradores como de quienes los certifican en forma específica. Cuando los gerentes o administradores ocultan información o la revelan en forma incompleta, tienen vinculación directa con las sanciones penales que se originen de estos hechos y de los perjuicios que causen a terceros (Artículo 43 Ley 222 de 1995).
Después de estar certificados los estados financieros se pueden dictaminar. Significa este procedimiento que dichos estados se acompañan de la opinión profesional del revisor fiscal o, a falta de éste, del contador público independiente que lo hubiere examinado de conformidad con las normas de auditoria generalmente aceptadas.
Algo curioso en nuestra legislación comercial consiste en que los administradores y el revisor fiscal, responderán por los perjuicios que causen a la sociedad, a los socios o a terceros por la no preparación o difusión de los estados financieros (Artículo 42 Ley 222 de 1995). Por tanto, a falta de contabilidad y consecuentemente de estados financieros, el revisor fiscal también está comprometido en denunciar esta irregularidad.
Normas contables aplicables en Colombia
Lo primero que debe hacer un estudioso de las ciencias contables es diferenciar el plano científico e investigativo con el de las normas contables vigentes. Muchos confunden los dos temas. Creen que el único conocimiento contable conocido es el de la regulación, peor aún, consideran que la únicas normas contables son las que tienen que ver con la contabilidad financiera.
En Colombia no es fácil conocer el marco legal que regula la contabilidad. Existen normas dispersas en Decretos, Leyes, Resoluciones de entidades de vigilancia y control; insertas en legislación comercial, tributaria, civil y otras leyes en áreas especializadas. La regulación mas conocida sobre “contabilidad” es el Decreto Reglamentario 2649 de 1993. Sobre “contaduría pública”, es decir lo relativo al ejercicio profesional, la norma principal es la Ley 43 de 1990.
Estas normas no han sido actualizadas desde su expedición, pero si fueron desmembradas como los casos de legislación dispersa sobre eliminación parcial y total de los mal denominados ajustes integrales por inflación. Frente a la regulación contable internacional, por lo menos en lo referente a la contabilidad financiera y reporte de negocios en internet, cuyo organismo encargado es IASB (por sus siglas en inglés), tenemos un atraso de aproximadamente 10 años. Lo mismo ocurre a nivel de estándares internacionales de auditoria, ética, educación, contabilidad gerencial, cuyo organismo regulador es IFAC (por sus siglas en inglés).
Para no entrar en los temas de armonización y el de regulación contable internacional, toda vez que no es la intención del presente artículo, ya podemos observar una debilidad grande a nivel de normas contable vigentes en Colombia. El hecho que nuestra legislación contable esté atrasada, no significa que también lo estén los negocios. En una aldea global estas dos variables deben estar sincronizadas. Internacionalmente IASB e IFAC hacen esfuerzos muy grandes para poder satisfacer con estándares actualizados las necesidades de la cambiante e impredecible economía mundial. No es fácil y es por ello que se requiere un cuerpo permanente de Phd en las ciencias contables, que den soporte para las interpretaciones, estudios y propuestas de nuevas regulaciones.
Algunos confunden “contabilidad” y “contaduría”. Para ellos es lo mismo proponer nacionalizar el oficio o el conocimiento contable como si fueran la misma cosa. Este barbarismo es equivalente a nacionalizar los estándares internacionales de las comunicaciones o de los sistemas de información. Se imaginan el atraso que esto le ocasionaría al país y el daño para las futuras generaciones?
El conocimiento contable de frontera (tecnología de punta) no se hace en Colombia. Ni mas faltaba semejante ignorancia. En forma eufemística he manifestado en mis conferencias sobre armonización contable internacional, que el conocimiento de punta contable no se hace en Girón ni en Envigado. Ahora bien, toda esta exposición sobre los estándares contables, solamente nos colocan de manifiesto las inmensas debilidades que existen en la practica contable colombiana.
Conclusiones preliminares
La contabilidad y la contaduría expresan la cultura económica de un país, hacen parte de su esencia misma, se reflejan permanentemente. Hablar mal de ellos, es lanzar juicios a priori sobre la cultura empresarial colombiana. De ninguna manera se puede afirmar que la clase dirigente colombiana (gerentes, presidentes, miembros de junta, contadores y revisores fiscales) están engañando al país con informes contables maquillados ni mucho menos que son de mala fe con la DIAN, los inversionistas, los proveedores, los clientes y los terceros en general. Las ciencias contables no pretenden demostrar que la contabilidad es exacta. Otra cosa es el famoso “True and fair view” o imagen fiel que hablan los españoles, que tiene como objetivo que la contabilidad refleje la realidad económica del ente, lo cual no es sinónimo de exactitud ni de precisión.
Estos mensajes subliminales, cuyo fondo desconocemos, avalados por encuestas mal estructuradas, pretenden satanizar a los contadores públicos y de paso a la clase empresarial colombiana sin ningún soporte científico. La verdad sobre la realidad contable colombiana no se construye con base en opiniones aisladas o informes mal intencionados. Se observa que cayeron en la trampa precisamente de lo que pretendían criticar. Muy respetuosamente invitamos a ejercer el periodismo científico, para dar dos ejemplos, los artículos del “The New York Times”: “Congress to Investigate Wall St.'s Ties With Enron” (febrero 19 de 2002) y “Wall Street Analysts Faulted on Enron” (febrero 28 d 2002), son una muestra de la forma como debe investigar un periodista de alto nivel.
Cordialmente,
GABRIEL VASQUEZ TRISTANCHO
Decano Facultad Contaduría Pública UNAB
E-mail: [email protected]
Bucaramanga, 6 de marzo de 2002