GABRIEL VASQUEZ TRISTANCHO
Columnista Vanguardia Liberal
Socio Impuestos Baker Tilly Colombia
E-mail: [email protected]
Bucaramanga, 2 de mayo de 2011
FLUJOS DE TESORERÍA Y GMF (I)
La Ley 1430 de Diciembre 29 de 2010 introdujo controles sobre las operaciones que venían realizando a través del sistema financiero algunas empresas para reducir el impacto del Gravamen a los Movimientos Financieros GMF, también denominado 4 por mil.
Una vez aclarado por parte de la DIAN en oficio 025808 de abril de 2011 que el 25% de los impuestos pagados por éste concepto, sí será deducible durante los años 2011 y 212, y que tendremos tarifa plena del 4 por mil durante éstos años, entramos en una etapa de revisión de algunas prácticas de los flujos de tesorería primero y luego si analizar las alternativas legales de utilizar las exenciones que aún están vigentes.
Flujos de tesorería
Algunas políticas de control interno en compañías, derivadas del seguimiento y trazabilidad de las operaciones que impliquen movimientos de efectivo, entre la compañía con clientes, proveedores, financiamiento, y entre empresas de un grupo económico, pueden derivar en transacciones que sean gravadas en más de una vez con el GMF. Entonces se habla que el 4 por mil se puede convertir en 8 por mil, 12 por mil, 16 por mil, simplemente por no evaluar cómo se pudieran evitar rotaciones innecesarias de los movimientos bancarios.
Los pagos en efectivo los auditores externos no lo recomiendan, por control interno y posibles fraudes internos y externos en las empresas. De menor costo y menores traumas en algunas ocasiones es mejor pagar el GMF una vez, que intentar recibir dinero de clientes, préstamos bancarios y luego pagar en efectivo a proveedores y al mismo sistema financiero.
El gobierno para la eliminación del GMF propuso simultáneamente la denominada bancarización de la economía a partir del 2014, que consiste en restringir costos, deducciones, pasivos, impuestos descontables, en unos porcentajes cuando no se transen a través del sistema financiero.
Reducido al máximo las transacciones en efectivo dentro de una organización, lo que sigue es el análisis transaccional del efectivo, dentro y fuera de la empresa. Algunos ejemplos son los siguientes: 1- Cliente àEmpresa1 à proveedor. 2- Cliente à Fiducia recaudadora à Empresa1 à Proveedor. 3- Cliente àDistribuidor à Empresa1 à Proveedor. 4- Cliente à Proveedor. 5- Distribuidor à Fiducia àEmpresa1 à Empresa2 à Proveedores del grupo económico. 5- Banco o prestamista à Empresa1 àProveedor. 6- Cliente1 à Cliente2 à Empresa 1à Empresa2 à Proveedor1 à Proveedor2.
La lista es interminable, cada organización deberá revisar cual es su flujo transaccional y verificar cuales de dichas transacciones pasan directamente por una Empresa del grupo económico y de allí se registra en el sistema financiero, para finalmente disponer del efectivo mediante pagos electrónicos o mediante cheques físicos.
Lo cierto es que cada vez que una transacción pase el sistema financiero de personas jurídicas o naturales diferentes, hay una alta probabilidad que se origine el GMF. Así, por ejemplo en el caso hipotético 6, hay 6 transacciones que pagarían GMF (24 por mil en este caso) cuando se pudiera restringir a una sola (4 por mil).
Una vez identificado el flujo transaccional de tesorería, de todo el grupo económico, se plantea la reducción de transacciones o lo que algunos llaman ahora pagos directos. Por ejemplo, si hay créditos permanentes de tesorería o una alta rotación de los mismos, origina por cada ingreso de préstamos, pago de 4 por mil. La razón muy sencilla, entra el dinero por el banco, luego entra el dinero por el cliente, tantas veces como se requiera la planeación de los pagos a proveedores y al mismo sistema financiero. Allí se originan, por solo rotación de pasivos, hasta 5 o 6 veces el GMF.
No resulta fácil la eliminación de transacciones o proponer al sistema financiero algunos productos que permitan reducir las rotaciones. Pero una vez identificado, se deben establecer los procedimientos y documentaciones correspondientes, para un adecuado control del efectivo y su trazabilidad. No resulte que una eliminación se convierta en fuga de dinero, como ocurre con algunos casos de jineteo de dinero con los denominados “vendedores ahorradores de 4 por mil”, que rotan el dinero en sus bolsillos hasta por cinco o seis clientes, logrando así plazos hasta de 6 meses, sin que el dueño real del efectivo se dé cuenta.