Cuando salí de Cuba

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Cuando salí de Cuba
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“CUANDO SALI DE CUBA……”

 

Amable lector.  Hace algunos días estaba esperando el regreso de mis palomas, soltadas en las horas de la mañana desde una lejana población de la Guajira.  Antes me acompañaban mis hermanos, pero como ya volaron a la eternidad, tenía a mi lado un hombre sencillo, que según él no pudo  terminar la primaria.  Sin embargo, con frecuencia habla sobre  Beethoven, Chopin, Mahler, Mozart y otros más.  Le agrada mencionar que es un hombre ignorante que sueña con viajar a Florencia a conocer sus museos.  

 

Como el tiempo transcurría ya estaba fatigado de mirar al cielo sin atisbar ninguna paloma.  Le pregunté a mi amigo que opinaba de las negociaciones de paz.  Me respondió lo siguiente: “Es casi seguro que la situación de Venezuela se siga deteriorando, no por culpa de Capriles, ni de Álvaro Uribe, sino porque pueblo que no trabaja no come, no importa que tengan todo el petróleo del mundo.

 

Luego agregó que cuando la comida se acabe, que será muy pronto, los militares tendrán que intervenir, no para quedarse gobernando, sino para buscar una salida política.  Entonces, es probable que el poder lo pierda el señor Maduro y los demás chavistas.  El Gobierno cubano dejará de tener injerencia en ese país y  Venezuela ya no será el lugar de veraneo de los jefes guerrilleros.  Si para ese entonces, no han recibido las credenciales  para ser miembros del parlamento, deberán permanecer por algún tiempo más en esa hermosa isla en compañía de sus novias. 

 

Mientras seguía mirando al cielo que comenzaba a oscurecer, quise saber que pensaba de nuestro presidente.  Me respondió, que así como olvidaba fácilmente a sus amigos, también  tenía el don de conseguir nuevos amigos, algo que el pueblo antioqueño no entiende fácilmente.  Como las palomas aun no aparecían, le pedí su opinión sobre el proceso de paz. 

 

Mi padre, que era más ignorante que yo, nos solía decir: mijitos aprendan a perdonar, pues la majestad de la justicia se encarga de castigar a los que matan, roban, secuestran y hacen sufrir a la humanidad. Me pareció que se reía un poco. A continuación me comentó que leyó un extenso escrito del doctor Humberto de la Calle, en el que explica con gran erudición, el significado de la justicia transicional, que aunque es difícil de entender, se concluye que quienes han cometido los más atroces crímenes, basta que de palabra expresen su arrepentimiento, para que se les premie con ir al Congreso Nacional o a desempeñar los más altos cargos públicos.

 

La noche ya caía, cuando gritó que tres palomas estaban llegando al palomar.  Tuve la impresión que en el pico traían no la rama de olivo de la paz, sino la de la impunidad. Me acordé que alguien hace dos mil años dijo:  “Perdónalos porque no saben lo que hacen”.  Al despedirse agregó:  Téngale miedo a la semilla que dejaron los jefes guerrilleros en Venezuela, más los que adiestró el presidente Chaves.

 

Medellín, 30 de Mayo de 2.013

Rafael Isaza González