SANTOS, CARA A CARA.

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SANTOS, CARA A CARA.
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SANTOS, CARA A CARA.

 

Amable lector.  Hace algunas semanas este periódico publicó una entrevista con el presidente Santos.  Cuando se le preguntó sobre las Autopistas de la Prosperidad, expresó que esto ya era un hecho.  Los amigos de la tía Jesusita son un poco más escépticos, pues según ellos:  “Del dicho al hecho al mucho trecho”.  Y agregaron que si un problema tan pequeño como el paso de Primavera, nos quedó grande, como será hacer realidad unas autopistas. 

 

Con relación a la pregunta de si había conocido a muchos lideres, manifestó que en materia de paz admiraba a Mandela, en la guerra Churchill y en la política a Abraham Lincoln y que él había seguido el ejemplo de los tres.

 

Creo recordar que alguna vez leí algo sobre W. Churchill y me quedó la impresión de que a pesar de ser un gran líder y tener la malicia de un zorro, después de todo se dejó engañar por Stalin.  Sobre el comentario de Abraham Lincoln, hay un poco de verdad cuando afirma que él también invitó a participar en su gobierno a varios de sus rivales.  La diferencia es que Lincoln nombró a todo su gabinete que eran sus enemigos políticos y Santos si acaso nombró uno.

 

Da la impresión que cuando leyó la vida de este gran hombre o se le olvidó o no la acabó de leer, pues en la guerra de Secesión de los Estados Unidos, luego de un arrollador avance de las tropas del sur, que casi entran a la Casa Blanca, por fortuna apareció el general Ulysses Grant, y poco a poco la situación fue cambiando a favor del norte. 

 

Los estados del sur liderados militarmente por Robert E. Lee cuando comprendieron que serían derrotados, pidieron llegar a un acuerdo, siempre y cuando les permitieran poner algunas condiciones.  La respuesta del presidente Lincoln y U. Grant fue que la rendición debía ser incondicional.   Respondieron que no y que de continuar la guerra habría muchos más muertos.  Así fue, pero al final se rindieron y debieron aceptar las imposiciones  del presidente.  Solo así se logró una paz duradera.

 

Cuando le preguntaron a quien admiraba más si a Bolívar o a Santander, su respuesta fue que a Santander y agregó que por la herencia de las leyes y el marco jurídico para preservar los derechos.  Tal vez, se le olvidó al presidente que después de la batalla de Boyacá tomaron prisioneros a los jefes españoles Barreiro y Jiménez más 36 soldados.  Santander sin fórmula de juicio, hizo una gran fiesta para que el pueblo Bogotano disfrutara viéndolos ejecutar.  Este pasaje, sin mencionar otros más, desdicen mucho del hombre de las leyes.

 

Si me preguntaran si se debe vender a ISAGEN respondería que esta decisión se debería aplazar, por lo menos hasta el año 3.000.

 

A Lucia de la Cuesta un sincero agradecimiento por todo el bien que hizo y porque aún en los momentos difíciles nos regaló una hermosa sonrisa.

 

Medellín, Agosto 21 de 2013

 

 

Rafael Isaza González