REFLEXIONES DE SEMANA SANTA

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REFLEXIONES DE SEMANA SANTA
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REFLEXIONES DE SEMANA SANTA

 

Arrepentido lector, esta Semana Santa, próxima a terminar, además de dedicar unas horas asistiendo a algunas ceremonias religiosas, también ha sido propicia para reflexionar sobre algunos hechos, de los cuales solo mencionaré unos pocos.

 

El pueblo antioqueño, tan orgulloso, trabajador e ingenioso, cuna de grandes ingenieros, con varios exministros de transporte, tiene las peores carreteras del país.  Pensando en esta dura realidad, tengo la impresión que me dormí y escuché una voz que me dijo “Les pasó lo mismo que a los canarios, que de vivir de generación en generación en jaulas, se les olvidó volar.   Luego agregó que el antioqueño se enseñó a transitar por trochas, atajos y caminos de herradura, y así se quedó”.

 

El país conoció el denominado fenómeno de las chuzadas.  También, en fecha reciente se percató que algunos jueces (togados), consiguieron para si o  para terceros, pensiones que desbordan los límites de la prudencia, la equidad y la decencia.  Mientras el sacerdote recordaba la pasión de Cristo, yo pensaba que en el caso de las chuzadas, solo podían sentirse afectados los traviesos. Los demás, no pueden alegar perjuicios morales o algo parecido. En cambio, los “ajustadores de pensiones”, igual que los mercaderes del templo, como acá no hay justicia, debemos confiar en la divina, y esperar que  lleguen al  infierno, tan bellamente descrito por el Dante Alighieri. Allí se le chamuscaran los brazos por manilargos y después seguirán el proceso normal de cocimiento a fuego lento y a perpetuidad.

 

Mientras el sacerdote continuaba hablando, de nuevo me entretuve recordando una obra maestra llamada “Restitución de Tierras”, que en tres preciosos decretos del año anterior se contemplan las medidas de reparación y asistencia a los pueblos indígenas, al pueblo Rrom o Gitano y a las comunidades negras, afrocolombianas, palanqueros y raizales. (No tengo ni idea quienes son).   En solo 473 artículos, llenos de sabiduría y practicidad, se encuentran plasmados con asombrosa claridad, todos los pasos para recuperar, con notoria facilidad, la heredad de los mayores.

 

 

Por estar tan cerca del Señor, me sentí iluminado y pensé agregar un artículo más, que en nada altera tan armonioso tratado, digno de un pueblo cristiano y piadoso como el nuestro.

 

Artículo adicional:  “El Estado Colombiano, con cargo al presupuesto nacional, atenderá los gastos de entierro de las personas que mueran en la tramitología de la restitución de tierras.  Así mismo, se podrá endeudar para atender en forma oportuna, el sacrificio de tantos hombres y mujeres que primero perdieron su terruño y después la vida”.  Igual que en la obra de nuestro Nobel de literatura, titulada “Una muerte anunciada”

 

Cuando regreso, como el hijo prodigo, a las iglesias de antaño, que son la casa del padre, me parece sentirlas frías o quizá es que mi corazón no late como antes.

 

Medellín, Abril 4 de 2.012