EL FUERO MILITAR

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EL FUERO MILITAR
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EL FUERO MILITAR

 

Preocupado lector: En una población de los Estados Unidos por los años treinta se juzgaba a tres hombres negros por violación y muerte de unas mujeres blancas.  El fiscal luego de exponer con vehemencia sus argumentos pidió la pena capital.  El defensor, por el contrario hizo esfuerzos para demostrar su inocencia.

 

Por fuera del estrado, el abogado defensor le preguntó al fiscal por qué estaba tan seguro de que los acusados eran responsables, le respondió que los negros eran malos, pues su abuelo, su padre y el mismo, con frecuencia tuvieron problema con esta clase de personas.  Por el contrario, el defensor le comentó que como él era del norte no tenía claro, que alguien por ser de color era malo.  Al final los reos fueron ejecutados.

 

Después de algún tiempo, el fiscal comprendió el mensaje que le dio la contraparte: Cuando se actúa con prejuicio, los fallos no son justos.

 

Este breve ejemplo, es una copia fiel de lo que ocurre en nuestro medio con las fuerzas armadas, pues más de uno quisiera que sus miembros sean juzgados por la justicia ordinaria. No pocos jueces, en especial si son de tendencia de extrema izquierda o simplemente anarquistas, consideran a los militares como personas poco o nada escrupulosos de los derechos humanos. La verdad es que la mayoría son hombres de bien.  Basta mencionar la magnanimidad con que tantas veces han perdonado la vida de guerrilleros. En cambio, éstos jamás lo han hecho, pues fueron adiestrados para matar.

 

Es suficiente tener un poco de sensatez, para saber que los hombres que componen las fuerzas armadas de Colombia, no tienen miedo de morir buscando la paz para todos.  Pero temen, de que por el más mínimo error en el ejercicio de sus cargos, deban pasar el resto de sus años en una cárcel, tal como se encuentran hoy varios de ellos.  En contraste con otras personas que actuaron por fuera de la ley y hoy disfrutan de los privilegios que ofrecen ciertos cargos públicos.

 

 

 

Si la Constitución Política de Colombia le asignó a las fuerzas militares la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional, lo menos que se puede hacer, es mantener el fuero militar, valga decir, que los presuntos delitos cometidos por éstos, en el desempeño de sus cargos, sean juzgados por tribunales militares y no por la justicia ordinaria.

 

La semana anterior murieron once soldados, con excepción de sus padres y familiares, ya nadie recuerda sus nombres, no obstante que dieron la vida por nosotros.  Elevo una sentida plegaria por ellos y le pido Señor que no permita que volvamos al abismo del que casi habíamos salido.  Al general Alejandro Navas le ruego no desfallecer en su lucha por alcanzar la paz que ha sido tan esquiva.  Si al final tiene problemas con la justicia ordinaria, espero acompañarlo, no importa que él hable poco y yo menos; estoy seguro que de alguna cosa podremos conversar, así sea de la misteriosa reforma tributaria.

 

Medellín, 23 de marzo de 2012