EL OASIS

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EL OASIS FISCAL

Cuando alguien desea expresar su felicidad es usual que se refiera al Paraíso Terrenal, desde luego, antes de que Adán y Eva se tuvieran que cubrir con hojas de iraca. Otros expresan su estado de alegría haciendo mención a un oasis, pues el común de la gente, se imagina un lugar de bellas palmeras y manantiales de agua fresca, al que se llega después de soportar los rigores inclementes del sol y sentir una sed abrasadora.

El comentario anterior tiene que ver con los beneficios de las denominadas Zonas Francas. En palabras sencillas, es un espacio de tierra, donde previo el cumplimiento de algunos requisitos, entre otros la creación de puestos de trabajo, se establecen empresas usualmente dedicadas a la producción de bienes, inclusive de ciertos servicios y a cambio de ello, reciben un tratamiento preferencial en el régimen aduanero y en especial en el impuesto sobre la renta.

Hasta hace poco nuestra legislación tributaria fue prudente, por no decir, desconfiada de esta figura. Sin embargo, a partir del año 2005 el legislador con el propósito de estimular la inversión y la generación de empleo, expidió la Ley 1004 en la cual se definen los aspectos básicos de las zonas francas. Para sorpresa y regocijo de muchos la tarifa del impuesto de renta se fijó en el 15% que contrasta con la general del 33%.

Nadie pone en duda que a mayor inversión, más y mejores oportunidades para todos, en pocas palabras, el empleo crecerá y los colombianos tendrán más miel para derramar sobre las hojuelas. El problema puede ser que al final nos falte la harina.

Debo manifestar mi temor por el alto costo fiscal que puede representar el uso, mejor dicho el abuso, por parte de un buen número de empresarios, que gracias a su ingenio y a la exuberante imaginación de asesores tributarios, a veces no exenta de cierta picardía, logren en poco tiempo transformar buena parte de lo que hoy existe, en nuevas empresas.

En la práctica todo el territorio nacional será tierra abonada para convertirse en zonas francas. No sobra mencionar además que muchos de los que obtengan la calificación de usuarios de zonas francas, podrán acogerse al beneficio de la estabilidad tributaria, garantizando así por un término hasta de veinte años, que la tarifa del impuesto de renta sea del 15%.

Hago votos para que alguien que conozca aunque sea un poco nuestra legislación tributaria a partir de la reforma del año de 1960, le cuente al señor ministro de Hacienda las travesuras que hicieron los contribuyentes. Si luego de escucharlo, lo encuentran razonable, obre con prudencia y sabiduría, pues de lo contrario, es muy probable que en unos años tengamos que lamentar el deterioro de los recursos que provienen del impuesto sobre la renta.

Parece ser que el Gobierno Nacional recibió con agrado el ejemplo de Irlanda, país que rebajó la tarifa del impuesto de renta a un porcentaje cercano al 15%, con lo cual en pocos años alcanzó un desarrollo económico que se ha considerado un verdadero milagro.

La verdad es que no tengo claro si algo que puede ser bueno en Dinamarca también lo sea en Cundinamarca. Ojalá que esté equivocado en mi apreciación, porque de tener razón, el problema fiscal en unos años será casi inmanejable ya que el Gobierno Nacional, abrió la caja fuerte, y con la estabilidad tributaria, botó la llave.


Medellín, julio 14 de 2008