LOS EMPRESARIOS Y LAS NORMAS INTERNACIONALES DE CONTABILIDAD (I)

Título
LOS EMPRESARIOS Y LAS NORMAS INTERNACIONALES DE CONTABILIDAD (I)
Fecha
Tema del documento

 

 

GABRIEL VÁSQUEZ TRISTANCHO

Columnista Vanguardia Liberal

Socio Impuestos Baker Tilly Colombia

E mail: [email protected]

Bucaramanga, 28 de septiembre de 2009

 

El común denominador cuando se habla de estados financieros de parte de algunos gerentes generales o altos ejecutivos es decir “eso es un problema de los contadores”. Estas percepciones cambiarán a partir de la convergencia hacia normas internacionales de contabilidad, donde el problema de la información de negocios y por ende de la contabilidad será una responsabilidad directa de la alta gerencia.

En la regulación contable actual existe esta responsabilidad, explicita en el artículo 19 del DR 2649 de 1993 “Los estados financieros, cuya preparación y presentación es responsabilidad de los administradores del ente, son el medio principal para suministrar información contable a quienes no tienen acceso a los registros de un ente económico.”

Lo que ocurrió con algunas prácticas equivocadas o por lo menos sesgadas, donde la contabilidad se quedó en el pasado (años 60) como un problema de registros, códigos contables, explicaciones instrumentales de débitos y créditos, documentos de soporte, estadísticas no útiles para la toma de decisiones, cumplimiento de requisitos tributarios, entre otros asuntos instrumentales y operativos, útiles para la teneduría de libros (“book keeping”) pero muy poco para la toma de decisiones por parte de la alta dirección.

Y en que cambian las normas internacionales este enfoque? Pues en todo.  Veamos.  Lo primero que deben interiorizar los altos ejecutivos, los empresarios y en general toda la cúpula con responsabilidad social, es que la información de negocios incluidos los estados financieros, son la imagen de la compañía ante terceros, son el resultado de la gestión empresarial, es la cara que mostramos ante los propietarios, acreedores, clientes, aliados estratégicos (“stakeholders”).  En otras palabras, los balances de las empresas son el reflejo de las decisiones de negocios a través de  cifras, estadísticas y revelaciones de hechos importantes.

Bajo NIIF la política contable la fija la alta dirección. Por ejemplo, de conformidad con la NIIF 7 sobre instrumentos financieros, el apartado (a) del párrafo 34 requiere la revelación de datos cuantitativos resumidos sobre la exposición de una entidad a los riesgos, basada en la información suministrada internamente al personal clave de la dirección de la entidad. A su vez, muchas entidades presentan, fuera de sus estados financieros, un análisis financiero elaborado por la gerencia, que describe y explica las características principales del rendimiento financiero y la situación financiera de la entidad, así como las principales incertidumbres a las que se enfrenta. (NIIF 7, revelaciones sobre instrumentos financieros, párrafos B7 y B8, versión 2008 Español).

Señor empresario, Señor Gerente, en general Altos Ejecutivos, la información de negocios y los estados financieros son su imagen, el resultado de su gestión, lo que su empresa es, lo que proyecta, el pasado, el futuro, son las decisiones ejecutadas bajo su directa responsabilidad.  Lo contrario, es negarse a aceptar lo que Ustedes hicieron con la empresa, lo cual ante terceros, no es otra cosa que reflejar una incoherencia ética con sus “stakeholders”.

Nuevos modelos de medición

Los análisis y críticas sobre los estados financieros cambian sustancialmente por cuanto las NIIF buscan ante todo revelar las transacciones económicas a valores actuales.  Las mediciones a costo histórico solo son procedentes en cuanto reflejen de mejor manera la realidad económica de un activo o de un pasivo.  Aparecen nuevas terminologías que describen las formas de representar activos, pasivos y patrimonio.  Los métodos más utilizados son el valor razonable, el valor presente, valor neto realizable, modelo de revaluación, valor de uso, deterioro de valor, entre otros.

Cambian por tanto las bases de depreciación, costos, gastos operacionales, utilidades disponibles para los socios, niveles de endeudamiento, niveles patrimoniales….., en fin la mayor parte de los parámetros de evaluación financiera y económica. Todos ellos son decisiones de la alta dirección, no del contador, quien en últimas se convierte es en el facilitador del proceso pero no en cabeza de quien recae la responsabilidad de fijar  preliminarmente a los hechos económicos las políticas contables de una empresa en particular o incluso de todo un grupo económico.

Tienen razón las firmas de selección de altos ejecutivos de las empresas de mayor impacto económico, al exigir a los aspirantes muy fuertes competencias y habilidades en administrar información de negocios, regulación contable, interpretación, análisis, crítica y corrección de estados financieros.