EL SUEÑO DEL LIBERTADOR.
Amable lector. Repasando las páginas de nuestra historia no siempre hay coincidencia entre lo expuesto por uno u otro autor. Supongamos que Daniel Coronel escriba la vida de Álvaro Uribe V., con prologo de la doctora Piedad Córdoba. Si se compara esta obra, por ejemplo, con la que redactara José Obdulio Gaviria, es probable que se encuentren unas pocas diferencias.
Los biógrafos del libertador Simón Bolívar, unos destacan que su mayor empeño era ser emperador, otros dictador y algunos que solo buscó la gloria. ¿Qué si se confesó o no antes de morir en la Quinta de San Pedro Alejandrino? ¿Qué si por sus venas corría sangre india y negra? ¿Qué si tuvo apego por el poder económico?. Son temas en los cuales no existe consenso. En cambio, todos están de acuerdo, que como sentía temor de dormir solo, por eso alguna dama lo debía acompañar.
Fue Francisco Miranda el precursor de la independencia de los pueblos dominados por España. De mayor formación militar que el joven Simón, quien por varios años fue su subalterno. Gracias a él aprendió el arte de la guerra. Más tarde cuando el general Miranda había perdido el entusiasmo de seguir luchando, en buena parte por la abulia y desunión de los venezolanos, al intentar regresar a Europa, fue entregado a los españoles por Bolívar.
Muchas de las decisiones que debió tomar para consolidar su autoridad, a través del tiempo han sido censuradas. Entre otras la de aprobar la pena capital del general Manuel Piar, un mulato ambicioso y disociador. Su principal error en lo político, fue no someter a José Antonio Páez, que si bien lo igualaba en valentía, estaba lejos de poseer sus modales, educación castrense y visión para dar la libertad a los pueblos de: Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Quienes hayan leído las últimas páginas del Quijote, por conmovedoras que sean, nunca lo serán tanto como los postreros meses de la vida del libertador. Abandonado por casi todos, humillado, rechazado en su tierra natal y hecho un rey de burlas por el pueblo Bogotano. Su cuerpo vencido por la enfermedad y el alma destrozada por la ingratitud de quienes les dio la libertad, antes de cerrar los ojos para siempre, lloró amargamente. Así purificó su alma y nació para la eternidad.
Parece increíble que poco menos de doscientos años de su muerte, el gran sueño de Bolívar está próximo a ser realidad. Salvo Perú que parece no estar interesada en esta unión, el resto de países, por voluntad de sus gobernantes, tal como parece, será la patria grande del libertador. Quizá mucho mayor de la que imaginó si se integran dos países hermanos, Argentina y Cuba.
Las ventajas serán casi imposibles de enumerar. Basta citar unas pocas: el precio del galón de gasolina será de $1.500, seremos campeones mundiales de futbol, tendremos las playas más hermosas y cálidas del planeta, que estarán llenas de gentes, pues el descanso, es mucho más importante que el trabajo.
Medellín, 20 de Septiembre de 2.012
Rafael Isaza González