NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS

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NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS

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NO HAY MAL QUE DURE CIEN AÑOS

 

Amable lector.  Cuando era joven me gustaba jugar fútbol, muchos años después comprendí que nunca tuve actitudes para manejar un balón.  Más tarde, con la ayuda de don Heliodoro que nos enseñó contabilidad y Juan Ramón que me ayudó con la primera declaración de renta, hasta hace muy poco creí que entendía los estados financieros y el estatuto tributario.

 

Con la expedición de la nueva reforma tributaria, igual a como me ocurrió con el fútbol, con tristeza debo aceptar que todo fue un sueño.  Por ahora, solo me queda comentar temas relacionados con el fútbol y en particular por las lecciones que he recibido en fecha reciente.

 

El Atlético Nacional, luego de una temporada que generosamente se puede calificar de mezquina, pesaron mucho más las circunstancias ajenas, que la desidia, tedio y abatimiento de buena parte de los jugadores, para que al final el equipo quedará campeón de 2013.

 

Cada fin de semana, con muy pocas excepciones, los hinchas del Nacional sufrieron las verdes y las maduras, al ver que los jugadores parecían como buena parte de los funcionarios del poder judicial, que mientras mejor les pagan menos trabajan.  O como los congresistas que haciendo muy poco, reciben generosos mesadas, además disfrutan viajando por el mundo entero por cuenta de todos nosotros, y luego los premian con pensiones que ofenden a 46.998.000 colombianos.

 

Durante estos interminables cinco meses de frustraciones, la mayoría de los seguidores del verde, perdieron no solo la autoestima, sino la salud y su capacidad de trabajo llegó a su más bajo nivel.  Cómo serán los que llevan años y años de sufrimiento y lo peor de todo sin que hasta ahora vislumbren ninguna esperanza.

 

A los hinchas del Poderoso, muchos de ellos que heredaron este mal y otros, que la ciencia médica no tiene claro como se pudieron contagiar, muy pronto dejaran de penar.  Si los archivos son fidedignos, el próximo 15 de abril de 2014, se cumplen los cien años de fundación del DIM.  Y, como la sabiduría popular lo enseña:  “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”.

 

Alguien mencionó que era casi un hecho que los mayores de cincuenta años que envíen al Vaticano el registro civil de nacimiento y el carnet del DIM, en un plazo muy breve recibirán el título de beatos.  Ojalá lo hagan cuanto antes aprovechando la presencia del Santo Padre Francisco, que si alguien sabe lo que es dolor, suplicio, tormento, desazón y atrición, es El.  Los que acompañen una estampita de Juan Manuel Charro Moreno, Oscar Oreste Corbata y José Vicente Grecco, tendrán prelación sobre los demás.

 

Ojalá que el equipo verde no le ocurra lo que le esta pasando al partido verde.

 

Medellín, Julio 26 de 2013

 

 

Rafael Isaza González